La nueva normalidad ya es un hecho. A la hora de aplicar la vuelta al trabajo, sea en formato híbrido o manteniendo el home office, hay sacrificios y beneficios para las empresas y sus colaboradores. Qué tener en cuenta.

En un informe reciente, Adecco Argentina señaló que, a nivel país, hay 3 millones de personas trabajando en formato remoto y que para el 55% de los encuestados la pandemia generó la instalación definitiva del home office. Sin embargo, un 26% reconoce que le fue difícil el distanciamiento de los compañeros y un 14% directamente lamenta la pérdida de la rutina de oficina.

Otros estudios a nivel internacional coinciden con estos aspectos en rasgos generales. Ahora bien: a la hora de instalar la modalidad del trabajo flexible, híbrido o totalmente a distancia, ¿cuáles son los desafíos para las empresas y los empleados.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS PARA LOS EMPLEADOS

Desde la perspectiva de los colaboradores, lo que se observa es una optimización de su tiempo e inversión en traslados, y en muchos casos, ahorro en comida, ropa y otros insumos que antes debían costear, ya que, al estar desde casa, esto pasa a formar parte del presupuesto familiar. 

También en los pros aparece la oportunidad de trabajar desde cualquier lugar, incluso viajando; la alternativa de reportar resultados sujetos a objetivos en vez de marcar tarjeta; y la posibilidad de postularse a posiciones diseñadas específicamente para el formato virtual en otros países y generar ingresos superiores a los actuales.

Algunos de los sacrificios que, en pos de trabajar remoto, las personas terminan aceptando, son la falta de contacto con sus compañeros, el rapport inmediato que da la cotidianeidad compartida y la asertividad de las conversaciones en persona, que se enriquece por el registro de la comunicación no verbal y corporal.

También muchos extrañan su escritorio asignado, que habían llegado a personalizar para disfrutar del espacio laboral. El aspecto recreativo del viaje al trabajo, el after office o el almuerzo con colegas es otra contra del home office.

Un aspecto adicional para considerar es el síndrome de la cabaña: algunas personas aún se resisten a reinsertarse presencialmente en sus puestos laborales, fundamentalmente por miedo a volver a la rutina exterior.

Las consecuencias psicológicas del aislamiento prolongado se estudia desde comienzos del siglo XX, cuando se estudió a cazadores y buscadores de oro que volvían a sus entornos habituales tras prolongadas estadías viviendo lejos de la sociedad, tanto en lugares remotos como en formato nómade. La gran mayoría presentaba miedo, agobio y desconfianza, entre otras expresiones de estrés, al reinsertarse en el afuera.

Si a esto se suma la incertidumbre generalizada, la posibilidad de perder o transformar completamente sus tareas, los horarios sin previsibilidad que afectan directamente la dinámica de la familia, se explica el aumento del burn out.

EL DESAFÍO PARA LAS EMPRESAS

El teletrabajo aporta beneficios a las empresas. Una de las más evidentes son los ahorros significativos en alquiler de oficinas, mantenimiento, seguros y otros costos asociados.

La principal contra es la falta de entrenamiento en teleliderazgo, es decir, la incapacidad para conducir equipos a distancia. Lo que se observa en la mayoría de las empresas es que se adaptaron fórmulas antiguas de liderazgo tradicional al formato virtual.

Eso genera frustración en toda la organización por el exceso de presión al no obtener los mismos resultados que antes. También es grave la brecha de entrenamiento en liderazgo emocional, que habilita a conectar y empatizar con los colaboradores como personas.

Esas fallas en CEO’s y gerentes pueden generar una fuga o estampida de talentos, que se pueden evitar con soluciones como el salario emocional y el énfasis en el balance entre la vida personal y profesional, desdibujado porque la jornada laboral virtual tiene límites difusos: se calcula que en promedio se trabajan 2 horas más por día. 

Otro desafío al liderar es alentar espíritu de equipo en quienes ya no están conectados presencialmente. ¿Qué se necesita de los líderes? Habilidad de escucha, motivación permanente y tolerancia al feedforward.

En este sentido, la organización con lineamientos claros, la claridad en la comunicación de ida y vuelta y la humanización de la gestión diaria son algunos de los ejes imprescindibles a trabajar para ser un líder exitoso en la nueva normalidad.

Autor. Daniel Colombo

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