Aunque todas las compañías (lo sepan o no) tienen una cultura organizacional, solo algunas de ellas se preocupan por crear un plan o código de cultura específico que sea característico de su marca.

La diferencia entre las que se preocupan y las que no lo hacen radica en que las primeras buscan mejorar mientras que las segundas tienden a estancarse. Es importante tener en mente que la cultura organizacional ayuda a crear un compromiso en los colaboradores, mientras que la falta de una propuesta representa una pérdida financiera para las empresas (debido a que no hay una misión convincente ni relaciones laborales con un alto nivel de confianza).

Primero analizaremos las nociones básicas, la cultura organizacional es un sistema operativo dinámico hecho para impulsar a las organizaciones. Podemos definirla como un conjunto de creencias, valores y prácticas compartidas que enfoca todas sus actividades como una ayuda para el cumplimiento de los objetivos de las entidades correspondientes.

La cultura organizacional debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse según el país donde se encuentra o (si se trata de una marca trasnacional o internacional) puede generar manifiestos que sean de carácter universal.

Gracias a la cultura organizacional, fortalecerás los lazos de identidad corporativa entre tres actores principales: la marca, el equipo de trabajo y los clientes. Además, lograrás proyectar estabilidad y elevarás los niveles de calidad en cada actividad.

Las organizaciones tienen diferentes características que las distinguen con las que desarrollan una cultura organizacional de acuerdo con sus principales objetivos. Aunque hay organizaciones que conforman empresas, lo cierto es que no hay empresas que conformen organizaciones, y esto se debe a que sus objetivos suelen ser distintos. 

Hablar de cultura en general responde a un modelo para hacer las cosas, ya sea dentro de una organización o una empresa. La diferencia entre estas dos consiste en que el concepto de organización va desde compañías privadas hasta organizaciones sin fines de lucro; en cambio, una empresa suele ser una entidad con fines de lucro. Es importante recalcar entonces que para estas entidades existe el término «cultura empresarial», cuyo significado es similar al de cultura organizacional aunque con variaciones. 

Se refiere a las formas en las que se conducen las diferentes empresas para lograr el buen funcionamiento de sus operaciones a través de creencias, normas y valores que impulsan el cumplimiento de sus objetivos con fines comerciales.

Elementos de la cultura organizacional

Cuando planifiques la creación del código de cultura de tu empresa deberás tener en cuenta estos elementos:

  • Filosofía: será el eje por el cual transitará la labor de tu empresa y guiará al resto de aspectos. Al adoptar una filosofía, interpretas y explicas cómo lograrás tus fines, y es la misma filosofía la que dicta cómo realizar cada tarea.
  • Misión: es la razón de ser de tu compañía y muestra el compromiso que realiza tu empresa en el mercado.
  • Visión: la visión describe el objetivo final. Es una aspiración: el impulso que lleva a tu empresa a superarse a sí misma.
  • Valores: los valores que incluyas en el código de cultura serán el fundamento de las acciones y tareas de cada miembro de la empresa. 
  • Ambiente empresarial: es el entorno que surge de las relaciones entre sus miembros y la actitud que demuestran frente a diversas situaciones laborales. 
  • Sentido de identidad: es la forma en que los empleados se perciben como representantes de una empresa (y también viceversa, es decir que la organización, a su vez, los representa).
  • Normas, reglas o lineamientos: estos estatutos son necesarios para las compañías que quieren añadir a cada lineamiento una sanción en caso de desobediencia. También hay estructuras que ya no desean continuar trabajando bajo este modelo de regla-sanción y solo escriben una serie de lineamientos que sugieren a sus empleados cómo trabajar.

Beneficios de la cultura organizacional

La cultura organizacional impacta todo en una empresa, desde cómo se percibe en el exterior hasta el ambiente laboral y las relaciones de los empleados. A continuación listamos algunos de los beneficios de la cultura organizacional que te convencerán de adoptarla y adaptarla a tus objetivos y tus clientes. 

1. Define la identidad 

La cultura organizacional permite a las empresas destacar las cualidades que definen su identidad, es decir, la manera en que tu empresa interactúa con el mundo exterior e interior: la imagen que quieres proyectar a tus clientes y empleados. Sobre todo, es un elemento que te diferencia de la competencia. 

2. Fomenta los valores de la empresa

La cultura organizacional proporciona la capacidad para actuar de forma estratégica y eficiente a través de los valores empresariales. Estos indican la manera en que se pueden solucionar las diferentes necesidades empresariales, así como la dirección que seguirán todos los miembros de la empresa. 

3. Brinda motivación a los empleados

Una cultura organizacional sólida impulsa el desempeño de los empleados de una empresa gracias a planes estratégicos definidos, actitudes, creencias, valores y la visión que comparte la organización con todos los que la integran. Cuando una cultura organizacional está bien definida, sirve como la dirección que guía al cumplimiento de las metas y hace que los empleados se sientan motivados a seguir ese camino, ya que se sienten parte de una empresa con la que se identifican y que da buenos resultados.

4. Atrae los mejores talentos

Cuando la cultura organizacional de una empresa está bien definida tiene el potencial de actuar como fuerza de atracción de los mejores talentos. Se convierte en una insignia positiva de la empresa y permite concentrar el potencial que llevará a un cumplimiento de objetivos más eficiente (además de retener el talento y evitar la rotación continua de personal). 

Tipos de cultura organizacional

A continuación, te compartiremos algunos modelos basados en la clasificación que realizó el psicólogo social Roger Harrison sobre los tipos de cultura organizacional:

1. Cultura organizacional orientada al poder

Su objetivo es la competitividad empresarial, por eso los valores y la cultura en general están orientados a destacar su posición en el mercado. El liderazgo empresarial es su principal vertiente. 

Esta cultura ve al empleado como quien presta un servicio. Llama a formar grupos de trabajo entre los directivos de área únicamente cuando surgen problemas; fuera de estos incidentes, el trabajo es individual y la información de cada área es privada.

2. Cultura organizacional orientada a las normas

Busca la estabilidad y seguridad de la compañía con un cumplimiento estricto de las normas y reglas internas; por lo tanto, es común que se apliquen sanciones a todo el que las infringe. Se apega a los procesos, protocolos y procedimientos para garantizar un funcionamiento correcto, por lo que establece funciones y responsabilidades.

3. Cultura organizacional orientada a los resultados

Su objetivo es la eficacia y la optimización de los procesos laborales; además, prioriza las metas a corto plazo y fomenta el ahorro de recursos, tanto materiales como humanos.

4. Cultura organizacional orientada a las personas

Esta cultura se centra en el desarrollo personal y profesional de su equipo de trabajo, fomenta valores sociales e incita a la motivación y la creatividad. También es incluyente y busca la satisfacción de los clientes y de los colaboradores.

En la actualidad, muchas empresas han optado por cuidar a sus empleados porque ven en ellos algo más que la prestación de un servicio: los consideran como los principales representantes de la marca.

Las 7 funciones de la cultura organizacional

  1. Da estabilidad y seguridad a las interacciones de tu empresa, ya sea con los clientes, empleados, socios u otro tipo de colaboradores.
  2. Integra los procesos internos y ayuda a resolver los problemas que surgen en las actividades.
  3. Define y asegura la comprensión de la misión y las estrategias de trabajo.
  4. Establece metas internas y externas, y ayuda a encontrar los medios para lograrlas.
  5. Ayuda a tu empresa a adaptarse al contexto social actual.
  6. Fomenta la creación de una comunidad.
  7. En general, orienta todas las decisiones en cuanto a aquello que sí le conviene a tu empresa y lo que no ayuda a sus objetivos.

Autora. Ana Isabel Sordo

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